domingo, 5 de febrero de 2017

LOS CUENTOS DE HOFFMANN


Anfitrión: Johann  Liebhart


LOS CUENTOS 
DE 
HOFFMANN




Se  conocen  como “óperas malditas”  a  aquellas  obras  que  tienen fama de  mala suerte, y que tienen  no pocas  historias de  muertes  y accidentes. Comenzaremos este ciclo  con:

LOS CUENTOS DE HOFFMANN
de Jacques  Offenbach


Recuerdo perfectamente  el día en que  me encontré con “Los  cuentos de  Hoffmann”. Eran  las  14:30 de un día  jueves, después de  clase, me hallaba en mi acostumbrada  rutina  de escuchar  los resúmenes  previos de  la  trasmisión de  la  ópera  en la radio Andrés  Bello, de  feliz  recuerdo. Tan interesante  me  parecieron  las  historias  que  no dudé en escucharla. Sencillamente  me  encantó.
Aunque  se  trata de  una  ópera  más  o menos  irregular,  y no todas  sus  partes  tiene  la  misma  calidad musical, sin duda, se  trata de  una  obra  con momentos  sublimes y magníficos, de  los  mejores  de este arte, que  formarán  parte  del repertorio operístico para  siempre.  
 Por ejemplo,  ¡quién  no  ha escuchado  aunque  fuera  de  lejos la  conocida aria  “Barcarolle” que  terminó por divulgar la  película  “La vida  es  bella”!


Esta entretenida  ópera  tiene  una  historia de  los  más  interesante y , por  cierto,  no radica  sólo  en su argumento.

Jacques  Offenbach  y  compañía

Jacques Offenbach
Esta  obra  es  inseparable de los  talentos  de  aquellos  que  directa  e  indirectamente  la crearon. Offenbach fue  un hombre de  admirable actividad: cellista, compositor, escritor, empresario, cronista, que entregó al mundo todo lo que su alegre personalidad  pudo dar. No era  francés de  nacimiento (Colonia, 1819), pero desde  su arribo  a  París  a  los  14  años, hizo  de esta  bella  y misteriosa  ciudad,  su residencia  y referente de  éxito. 

Sus  melodías,  alegres  y fáciles, encantaban  a  la sociedad  parisina que  lo acogió con entusiasmo y exigencia. Su desenfado, bufonadas  y críticas  a  la sociedad de su época, como a  las obras del pasado, lo  hicieron  famoso. Un ejemplo, es su conocida  opereta Orfeo  en los infiernos donde satiriza  la Orfeo y Eurídice  de Gluck. Un  trozo  en particular de esta  obra es  mundialmente  conocida  como can-can, brevísimo trozo que  vale  la  pena apreciar en escena.


Sin embargo, también conoció el fracaso, como con  su ópera  Robinson Crusoe.

La Parca  lo encontró trabajando  en la  que sería  su obra  más  ambiciosa “Los Cuentos  de  Hoffmann”, que no solo quedó inconclusa  sino también desordenada.

E.T.A.  Hoffmann
Pero, ¿quién resultó ser  Hoffmann? Este  personaje de  la  vida  real, conocido como E.T.A. Hoffmann (La A  la agregó como homenaje a  Mozart), abogado, músico y dibujante, no obstante,  hoy  se  le  conoce como escritor de  cuentos de  terror, siendo reconocido como  el antecesor de  Poe,  Lovecraft, Stocker y una  pléyade  de  seguidores. Varios  elementos  de  “Los cuentos de  Hoffmann” están sacados  de  sus  cuentos. 

Offenbach  basó su ópera  en una obra  pre-existente  “Los cuentos  fantásticos de  Hoffmann”, de  Jules  Barbier  y Michael  Carrier que  tuvo cierto éxito. Para  construir  esta  obra  los  autores  utilizaron  tres  relatos: Los cuentos en los que se basa la ópera son  “El Arenero”,  "El Consejero Krespel" y "El reflejo perdido". El aria conocida como “La canción de Kleinzach"  también está  tomado de  uno  de  sus  cuentos.

Con todos  estos  elementos,  Offenbach  ideó construir  una  gran obra  que destacara  la  fuerza de  los  relatos con la  chispeante  y atinada descripción  musical. Todo bien  pero...

Una  ópera  gafe

O “yeta”, como  decimos  en Chile.  Esta  ópera  cuenta  con una  serie  de 
problemáticas  en su gestación y  en sus presentaciones  hasta  el día  de  hoy. Offenbach no la  terminó,  murió cuando apenas  llevaba  la  partitura  para  piano y voces  y algunas  escenas.  El orden de de  las  historias  está  todavía  poco claro.  En su estreno  en 1881, no se  incluyó el tercer  acto, el de Giulietta. Con el incendio  de  la  Ópera de  París  en 1887 se destruyeron  las  partituras  originales.  Varias  veces, antes del debut,  el tenor  quedó afónico. En  la Ópera de  París  no volvió a  presentarse  completa  hasta  1974.

A pesar de  toda su mala suerte, es  hoy  una  ópera muy representada  y querida  por  el público.

¿Cuál  es  la  historia y quién  es  quién?

Hacer  un resumen  de  esta  obra  es  harto difícil, pues  ha  sufrido tantos  cambios  que casi  se  puede afirmar que  cada  director  hace  lo  que  quiere  con ella. Lo mismo ocurre  con los  personajes, especialmente  el querido (o querida) Nicklausse cuya  verdadera  naturaleza es de  lo más extraña  y controvertida.

Más o menos se puede decir que la ópera tiene un prólogo, tres actos y un epílogo. El prólogo nos  muestra  a  la  Musa de  la  poesía (en no todas  las presentaciones  esto ocurre) quien  aclara  que  tiene  la  intención de  hacer  que  Hoffmann se  centre  en ella y rechace los  amores  humanos. Aparece  Lindorf, fuerza del mal, que  quiere  quedarse  con  el último amor  de Hoffman,  la  prima donna Stella. Ella ha enviado un mensaje  a  Hoffmann esperando  que puedan reunirse. Lindorf, decide  interceptar el mensaje.





Llega el poeta  al bar con un grupo  de  estudiantes  y su amigo Nicklausse (personaje  travestido, interpretado por  una  mujer, vital y misterioso quien  jugará  un papel clave  en la  trama).  Luego de  humoradas  y reflexiones,  el coro le pide  Hoffmann que  cuente  la historia de sus amores.






El primer  Acto, de  nombre  Olimpia, nos  cuenta el loco amor que  siente Hoffmann  por  una  autómata homónima al acto. El poeta  no sabe  que ella  es  solo una  muñeca. En un baile  frenético, se  rompe  la  chica  mecánica, dejando a  Hoffman dolorido ante  la  burla de  los  presentes, pero siempre  socorrido por  Nicklausse.

El segundo acto, de  nombre Giulietta, (en algunas  presentaciones este  es  el tercer acto)  comienza  con  la  bella  y a  la  vez inesperada barcarolle, que  nada  tiene  que  ver  con la  trama (Algunos  expertos  insisten  en que este  tema  nunca fue  en la  ópera,  pues  ya  estaba  presente en otro proyecto de  Offenbach. Por  esas  cosas  lo pusieron allì y ha  funcionado muy bien). Hoffman  y Nicklausse  están  en Venecia donde  el escritor  se  ha  enamorado de  la  frívola  cortesa Giulietta. Hoffmann, en un duelo, mata al antiguo novio  de  la  mujer por  lo que  Nicklausse  lo insta  a  huir. El malvado Dapertutto ofrece  a  la  cortesana una  joya  a  cambio  del reflejo  de  Hoffman en un  espejo mágico, donde  se  capturará su alma.  Giulietta  acepta y logra  conseguir  el reflejo de  Hoffmann  para  Dapertuttoo.  Este último prepara un veneno para  el joven defensor  del poeta, pero por  error lo bebe Giulietta que además rompe el espejo. Acá  hay  otro final muy utilizado, y  es que la cortesana rompe el espejo, engañando a  Dapertutto, pues se queda  con la joya, y termina huyendo en una  góndola  acompañada  por Pitichinaccio, el sirviente de su antiguo novio. Nickalusse  logra llevarse a Hoffmann.

El tercer acto, Antonia, que  a veces es el segundo,  nos cuenta  la  triste historia de una jovencita sometida por una enfermedad  y por el recuerdo de su madre muerta. Su padre, Crespel,  se opone  al amor entre  su  hija y el poeta. Lo que  pasa es que  si Antonia  canta, es  muy posible que ella muera. Entonces aparece el doctor Miracle, que es  el espíritu del mal, y motiva a  la  muchacha a  cantar como lo hacía  su madre,  provocando su muerte. Nicklausse logra salvar a  Hoffmann de  la  ira de Crespel, quien  lo cree  culpable de esta  tragedia.

El epílogo  es  aún más  complicado, de  hecho yo he  visto cuatro finales.

Vuelve  la escena del principio, todos  reunidos en el bar. Hoffmann declara que  cada  una de  sus  antiguos amores no son más que  los  aspectos de  su último amor, Stella, por  quien  ya  tampoco  siente  mucho entusiasmo.  Justo entonces  aparece  la  prima donna  quien, interceptada  por  Nicklausse, decide quedarse  con Lindorf.  Desde  aquí hay cuatro finales  posibles:

a)   La  Musa aparece  para  decirle  a  Hoffmann que  desde  ahora  ella  será su único amor y que  debe  abandonar los  amores  humanos.

b)   Nicklausse,  una  vez que  ha  ahuyentado  a  Stella, se  despoja de  sus vestimentas  humanas y, como la  Musa de  la  poesía que siempre  lo ha  protegido,  se  dispone  a  guiar a  Hoffmann  hacia  su  destino artístico.

c)    Aparece  la  Musa  y  le  muestra a Hoffmann que  el verdadero amor es aquel  que  cuida al que  ama, entonces  revela  la  bveradera  personalidad  de  Nicklasse  que  es  una  mujer que  lo ama. Hoffmann  se  queda  con Nicklausse.

d)   Hoffmann cree  soñar, y se  dispone a  poner  por escrito sus  historias de  amor,  inspirado por  la  Musa.


Se trata, pues, de  una  obra con muchos  tropiezos y que, no obstante,  insto a conocer. A  continuación algunos  ejemplos:

Del Prólogo podemos  destacar elaria de  Kleinzach. Un trozo inesperado y bello, cuando   el poeta acepta cantar el aria del cojo Kleinzach y, de  pronto, se  pone divagar  sobre  la  belleza de  la  Musa.




HOFFMANN
¡Sea por Kleinzach!

Había una vez
en la corte de Eisenach...                              

ESTUDIANTES
En la corte de Eisenach!

HOFFMANN
...un pequeño engendro
llamado Kleinzach!

ESTUDIANTES
¡Llamado Kleinzach!

HOFFMANN
Llevaba gorro militar,
y sus piernas hacían ¡Clic, clac!
¡Clic, clac! ¡Clic, clac!
¡Así era! ¡Así era ese Kleinzach!

ESTUDIANTES
¡Clic, clac!

HOFFMANN
¡Clic, clac!

TODOS
¡Así era, así era ese Kleinzach!

HOFFMANN
¡Tenía una giba a guisa de estómago!

ESTUDIANTES
¡A guisa de estómago!

HOFFMANN
¡Sus pies sarmentosos
parecían emerger de un saco!

ESTUDIANTES
¡Parecían emerger de un saco!

HOFFMANN
Su nariz estaba negra de tabaco,
y su cabeza hacía ¡Cric, crac!
Cric, crac, cric, crac!
¡Así era, así era ese Kleinzach!

ESTUDIANTES
¡Cric, crac!

HOFFMANN
¡Cric, crac!

TODOS
¡Así era, así era ese Kleinzach!

HOFFMANN
En cuanto a los rasgos de su rostro...

(Parece quedar poco a poco absorto
en su recuerdo.)

ESTUDIANTES
En cuanto a los rasgos de su rostro...

HOFFMANN
En cuanto a los rasgos de su rostro...

(Se levanta.)

¡Ah! su rostro era encantador.
Lo estoy viendo, bello como el día
en que, corriendo en pos de ella,
abandoné como un loco
la casa paterna
y huí a través valles y bosques.
Sus cabellos, en oscuras lazadas,
sobre su elegante cuello
proyectaban cálidas sombras.
Sus ojos, nimbados de azul,
lanzaban a su alrededor
una luz fresca y pura
y, cuando nuestro carruaje llevaba
suavemente nuestros corazones
y nuestros amores,
su voz vibrante y dulce
lanzaba a los cielos que la escuchaban
una canción cuyo eterno eco
aun resuena en mi corazón

NATHANAEL
¡Oh, cabeza loca!
¿A quién diablos estás pintando?...
¿A Kleinzach?

HOFFMANN
¿Kleinzach?
¡Hablo de ella!

NATHANAEL
¿De quién?

HOFFMANN
(volviendo a la tierra)
¡No!... ¡Nada! Mi mente se confundía.
¡Nada!... Y Kleinzach vale más
por muy deforme que sea.

Cuando bebía demasiada ginebra
o aguardiente...

ESTUDIANTES
¡Ginebra o aguardiente!

HOFFMANN
... ¡había que ver flotar
los faldones de su frac!

ESTUDIANTES
Los faldones de su frac...

HOFFMANN
... como hierbas en un lago,
¡y el monstruo hacía flic, flac!
¡Flic, flac! ¡Flic, flac!
¡Así era, así era ese Kleinzach!

ESTUDIANTES
¡Flic, flac!

HOFFMANN
¡Flic, flac!

TODOS
¡Así era, así era ese Kleinzach

(ruidosos aplausos)

Del primer acto hay que escuchar la  espectacular  aria de  Olimpia, cuando la muñeca canta  en sociedad. No puedes  dejar de conocerla. Te  ofrecemos  3 posibilidades:


OLIMPIA
(Spalanzani la acompaña al arpa)                                           Kathleen Kim
Las aves en la enramada,
en los cielos el astro diurno,
todo habla a la joven
¡todo habla a la joven de amor!
¡Ah, todo habla de amor!
¡Ah! Esta es la canción gentil,
¡la canción de Olimpia!

(su voz comienza a perder fuerza)

¡Ah!
(se escucha el sonido de un
resorte mecánico)

OLIMPIA                                                                                  Elizabeth Futral
(continúa igual que antes)                                           

¡Ah! Esta es la canción gentil,
¡la canción de Olimpia!...

INVITADOS
¡Es la canción de Olimpia!...

OLIMPIA
Todo eso canta resuena y suspira
alrededor de su emocionado corazón.
¡que se estremece de amor!
¡Ah! ¡Se estremece de amor! ¡Ah!
Esa es la canción encantadora,
la canción de Olimpia.
¡Ah!...

(su voz vuelve a perder fuerza)                                            Patricia Jenackova 1                          
 OLIMPIA
(continúa)
Esa es la canción encantadora,
la canción de Olimpia.

INVITADOS
¡Es la canción de Olimpia!...                                                                       
                                                                                       Patricia Jenackova 2 

El segundo acto contiene  el tema, probablemente, más conocido  de  la  ópera, la  famosa “barcarolle”. Esta balada no tiene  relación con la  trama, además que está interpretada  por  Nicklausse  y por  Giulietta, lo que  no tiene  lógica, en todo caso, ¡puchas que es  linda!


LA BARCAROLLE                                                          Netrebko y Garanza            
JULIETA, NICKLAUSSE
¡Bella noche, oh, noche de amor!
Sonríe a nuestra embriaguez,
noche más dulce que el día.
¡Oh, bella noche de amor!

¡El tiempo huye sin cesar
y se lleva nuestras ternuras!
Lejos de esta feliz morada,                                                        Damrau y Brower
el tiempo huye sin cesar.                                                   
Céfiros ardientes,
dadnos vuestras caricias.
Céfiros ardientes,
dadnos vuestros besos. ¡Ah!
¡Bella noche, oh, noche de amor!
Sonríe a nuestra embriaguez,
noche más dulce que el día.
¡Oh, bella noche de amor!

Para el tercer acto tenemos la linda aria de Antonia que a continuación la presentamos en 2 versiones:

ANTONIA                                                                              Anna Netrebko
 La tórtola ha huido.
¡Ha huido lejos de ti!
Pero es siempre fiel
y conserva su fe.
Mi bien amado, mi voz te llama, sí,
todo mi corazón es tuyo.
Querida flor que acabas de abrirte,
por piedad, respóndeme,
tú que sabes si me ama todavía,
si conserva su fe en mí...                                               Mi bien amado, mi voz te implora.                                           Ruth Ann Swenson   
¡Ah! ¡Que tu corazón venga a mí!



Francamente, creo que  se  trata de  una  de  las  más bellas  óperas de  todos  los  tiempos. Es  tiempo  que  se  aventuren a conocerla.

Video de la  ópera Completa Pinche aquí.

Para descargar grabaciones en audio pinche aquí.




6 comentarios:

  1. Esta presentación tuya Mauricio me recuerda al inolvidable Jorge Dahm y su programa Creaciones de los domingos en donde bien de madrugada las personas un poco más sensibles por conocimiento operático, musical y en general cultural se podía deleitar con la información anexa que daba Dahm, muy buena tu exposición sobre Jacques Offenbach y excelente de colocar las escenas musicales

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  2. Tuve el gusto de leer los cuentos de Hoffman a muy temprana edad en una preciosa edición en tapa dura y con ilustraciones, en la época en que era socio del Instituto Goethe (en mis últimos años de la media). Por cierto, te cuento que Asimov incluyó "El Arenero" (que además estudió Freud en su ensayo "Lo Siniestro") dentro de su recomendable antología "Lo Mejor de la Ciencia Ficción del Siglo XIX.
    Respeto a esta ópera, como siempre muy interesante lo que cuentas, que eso de "las obras malditas" es algo que me atrae mucho.
    Con gusto le dedicaré tiempo a estas piezas que mencionas.

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    1. Gracias por pasarte por aquí, Elwin, te hago la recomendación de por lo menos intentarlo con el aria de Olimpia interpretado por Kathleen Kim. Nada tiene que envidiarle Elizabeth Futral que más bien hace una presentación cómica del tema. Patricia Jenackova es, digamos, "linda" y en los dos link se ve "linda", pero no canta mal¡Atrévete!

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  3. Mi querido amigo, honor el que me haces comparándome con el gran Jorge Dahm (y a Rascapumpa). Lo cierto es que esta obra es de lo más entretenida y es una buena oportunidad para adentrarse en el mundo de la ópera, aunque claro, con cuidado y utilizando buenas selecciones.
    Espero te atrevas con lo que recomendé en el artículo.
    Gracias.

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  4. Esa recomendación será algo digamos extrema

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    1. Para no atosigarte, comienza con el aria de Olimpia interpretado por Kathleen Kim, intenta llegar al final. Antes, por su puesto lee el texto, sin duda no podrás dejar de apreciar la calidad vocal de la intérprete. El propio nombre de la cantante es el link ¡Inténtalo!

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